AKIKO LA JOVEN QUE SE VENCIO A SI MISMA
Hola Lectores ¿Como están? les dejo un cuento que escribí, espero que les guste y que vean mas allá del relato, porque todos somos o fuimos alguna vez la protagonista, o no hemos envueltos en una situación.
Esta historia la escribí muy personal, espero que les guste.
AKIKO LA
JOVEN QUE SE VENCIO A SI MISMA
Es la historia de una Princesa Akiko Fujiwara – del Clan Fujiwara- la hija mayor
del gran Takeda Fijiwara, el jefe del clan. Ella había nacido con la
responsabilidad, y el deber de que cuando cumplía la mayoría de edad de ser la
encargada de sobrellevar el clan.
Akiko era una jovencita divertida, soñadora, rebelde, e
idealista. Una princesa de melena
castaña larga y suave. Vestía de colores llamativos y honorables,
siempre con el escudo del clan Fujiwara.
Le gustaba bailar, y que su entorno, su gente estuviese con
ella. También tenía un carácter muy fuerte y arrogante cuando las cosas no iban
como ella quería.
Un día esa princesa creció, y ya más grande mucho de ese
carácter fue conteniéndose, volviéndose mas fría, las decepciones y decisiones
que habían tomado su padre , ella no estaba de acuerdo, y para no enfrentar a
esa figura de un padre enojado, estricto, con el ceño fruncido, y a que rechacé
su propuesta, Akiko tomo un poco de ropa
y huyo.
Su caballo Helio como le había puesto, un corcel blanco y de
linaje puro, la esperaba afuera del castillo, la princesa tomo una decisión ese
día, iba a dejar atrás quien era- del clan Fujiwara y que había nacido
exclusivamente para seguir las ordenes
de esos “malvados” e iba a construir su
nueva vida, y esta vez siendo ella misma. Llego hasta el bosque y se acercó a
un arroyo, se quitó el maquillaje, se recogió el cabello con una cinta, y se
puso ropa de aldeana.
Ella pensaba que al salir de ahí, del castillo, la vida se
le iba a ser más fácil, por un tiempo se ocultó en una pequeña aldea, donde
pudo seguir con los labores de los aldeanos, como cosechar arroz, y con las
tierras. Para ella que nunca había agarrado un rastrillo, y estaba acostumbrada
a mandar, se le hizo difícil, pero con el tiempo la gente le tomo cariño, y le
ayudo a salir adelante, y que sus tareas
lo fue superando.
Pero las primeras noches estaba con miedo, porque no sabía
si iba a sobrevivir fuera del castillo, porque le decían que afuera había enemigos,
que la querían atrapar y matarla, tenía contantemente pesadillas, con que unos
soldados las venían a buscar y llevarla a la resistencia, ella no quería ir, no
podía hacerle frente a su padre, y el solo hecho de pensar y saber que había
desobedecido, y huido, para ella misma era una deshonra.
Por otro lado, el clan de los Fujiwara, el jefe estaba
preocupado por su hija, que había desaparecido, mando a los mejores soldados
del imperio a avisar a otros clanes que la Princesa Akiko había desaparecido-
su padre preocupado pensó que la habían raptado, que habría dado un paseo y re
perdió, lo que no sabía que ella había huido, por tener miedo a su desacuerdo-.
Takeda ordeno que la busquen por cielo y tierra, y que si
encuentran pistas de ella que le avisen inmediatamente.
Pasaron los días y ella se empezaba a sentir perseguía,
porque sabía que su padre la buscaba, ella tenía un deber que cumplir, pero por
otro lado, no quería hacerlo, quería conocer el mundo fuera del palacio, ella
era muy querida por los niños de la aldea, jugaba y cantaba con ellos, en la
mañana ayudaba a las señoras a tender y lavar la ropa, se sentía cómoda y parte
de la aldea.
Al pasar un mes en el Palacio- empieza a llegar noticia de
la joven, que hay una mujer parecida a ella , y que está en una aldea pequeña
fuera de los límites del clan, el señor takeda empieza a sentir más tranquilo,
aunque mando a unos soldados infiltrados a buscar en la zona.
-Con cuidado, que no los reconozca,
solo quiero confirma si es ella.
Akiko estaba encantada con la vida de aldeana, pero su mente
no la dejaba tranquila, ella sabía que tenía que hacerse cargo y hablar con su
padre, pero el miedo la paralizaba, y se imaginaba ideas terribles: que la iban
a encerrar en un calabozo, o peor, a condenar a muerte, solo porque no estaba
de acuerdo con cumplir con el clan.
Día a día la sonrisa con la que había llegado a la aldea iba
desapareciendo, y empezaba a desconfiar de la gente de la aldea, alguien la
fuera a traicionar, y empezó a mostrarse menos y encerrase, porque sus miedos
la estaban volviendo paranoica.
Una mañana, sintió que la golpeaba la puerta, era una
anciana pequeña, arrugada, que la doncella ayudaba a tender y lavar la ropa y
le pregunta:
-Hola Akiko, ¿Cómo estas querida? Hace mucho que no vienes a
verme, y me quede preocupada.
La peli castaña sorprendida, sonríe levemente.- Hola Abuela
Kaede, estoy bien, solo que… estuve descansando.
La Abuela saca de su canasta unas galletas de miel.
-Bueno querida, ahora yo vengo a compartirte estas galletas
de miel, , pon el agua y tomemos un té.
Akiko pone el agua, saca las hiervas de té verde, mientras
sirve en dos humildes taza.
Kaede toma él te, y le dice:
-Cuéntame Hijita-le decía afectuosamente- que te anda
pasando. Te vengo notando rara, como que miras por todos lados, y que ya casi
no hablas con nadie ¿se debe a algo que te este sucediendo?
Akiko suspira...
-Si abuela, te cuento la verdad, yo en realidad soy Akiko la
princesa del clan Fujiwara…-tímidamente- y en realidad, por un desacuerdo con
mi padre, no me gustaba lo que me había impuesto, y también enojada porque no
podía ser yo, Akiko y solo fui criada para seguir con la sucesión del clan, y
al huir… siento que empeore más las cosas, me están buscando, y presiento algo
malo….
La abuela responde:
-Aaaa, así que huiste de tu casa Princesa Akiko…Ahora te
pregunto ¿ A que tienes Miedo?
La joven empieza a
llorar y responde:
-Tengo miedo a no estar preparada para ser la jefa del clan,
aun me siento demasiado joven para cargar con una gran responsabilidad, y me
siento presionada, porque ellos me criaron para seguir con la sucesión , pero
aun no viví lo que yo quería. Tengo sueños- empieza a tranquilizarse- quiero
ser algo más que solo la jefa del clan, quiero ser Akiko, solo Akiko y me
siento en libertad estando acá, pero hay algo que no me deja ser, el saber que
tengo la responsabilidad enorme del clan Fujiwara… siento que no puedo cargar
con esto, no siento que pueda.
Kaede mira y le sonríe amablemente, y le dice:
-Querida dice que no puedes… y mira hasta dónde has llegado
sola, te abriste un camino, llegaste al pueblo, y te ganaste el corazón de
todos, de nosotros y los niños. Trabajas mucho, eres una chica animada y
amable, si a veces te siento distante, como que tu mirada se pierde, pero debe
ser esa preocupaciones de una chica de tu edad, y es común sentirla, el miedo,
la ansiedad, el deber y no saber cómo, los temores que parecen como fantasmas
haciéndote huir de tu verdad, porque no estas huyendo por no enfrentar a tu
padre, estas huyendo de la incomodidad y el temor que te da enfrentar esa
prueba. Y yo creo que podes, yo sé que eres fuerte, y valiente, podes enfrentar
cualquier obstáculo.
Akiko abrazo a la abuela muy fuerte y le agradeció sus
palabras.
-Abuela Kaede gracias por sus palabras, y por entenderme,
tal vez tenga razón, me acobarde semejante prueba, y sentí mucho miedo de no
estar a la altura del clan, de mi padre, y el miedo se hizo más grande en estos
días. Voy a juntar valor y enfrentar a mi padre.
La señora correspondió el abrazo y le dijo:
-Así se hace mi niña, Una no es vieja y grande porque
si, también fui joven, y tuve miedos, inseguridades, y me he escondido, cuando
no he podido llevar una situación, pero el tiempo, la experiencia, y la confianza,
te van ayudar a enfrentar todas las situaciones. Huiste porque tu corazón no
encontró otra salido, pero lo bueno , es que este tiempo te dio la fuerza para
enfrentar los Obstáculos, y adversidades. También te ayudo a explorarte a ti
misma, no te juzgues estás haciendo lo que podías en ese momento, no nacemos
perfectos, somos humanos, y ante lo que no podemos resolver en el ahora, La
divinidad del cielo, nos guiara. Tranquila Preciosa, lo estás haciendo bien, me
parece bien que tengas la intención de hablar con tu padre, y arreglar el mal
entendido… yo sé que te va a entender, es un buen hombre el jefe del clan,
comprenderá tus motivos.
Akiko sonríe.
-Claro, así será.
Por otro lado, los hombres recorrieron el
pueblo, y escucharon los rumores de una joven muy amable, cabello largo y
castaño había ido a vivir en la aldea, y que parecía tener un rostro angelical,
ayudaba a los aldeanos, niños y ancianos.
-Estos son los rumores que he escuchado.
-Yo también… ¿Sera la Princesa Akiko?
-Yo creo que si-dijo un joven soldado ruborizado-.
Por otro lado el seños Takeda estaba
triste… no sabía nada de su hija, se sentía preocupado-Espero que mi Adorada
Akiko este bien-.
Los soldados llegaron, y el líder de los
hablo:
-Señor… le traigo noticias de la Princesa
Akiko, se escucha rumores en una aldea de las afuera de Kioto, que una joven
con las características de la señorita Akiko se encuentra hay, y por lo que se
escucha, ella está bien.
¿Qué hacemos señor Fujiwara la traemos?.
Takeda se quedó tranquilo, al escuchar a
los soldados, se quedó meditando un rato, hasta que hablo:
-Por ahora solo custódienla, yo sé que ella
va a venir cuando se sienta preparada.
El soldado agacho la cabeza y respondió:
-Lo que usted diga.
En los siguientes días akiko, estuvo
meditando la decisión que iba hacer, y como se sentía.
Por un lado sus sentimientos estaban
turbulentos, porque estar en el pueblo le hacía sentir en casa, pero ella sabía
que para tener paz, tenía que hablar a su padre, y explicas sus actos. Por otro
lado se sentía triste por sus acciones, porque aunque su cabeza le decía que
huya, que hay no es, su corazón sabía que ese día iba llegar, y que estaba
preparada para tomar esa responsabilidad. Estar en la aldea le conecto con esa
chica que siempre había sido, amable, feliz, risueña, practica, rebelde e
idealista. Le Permitió ser ella misma, sin tener la presión del clan, que ya al
último había perdido su esencia.
El caminar
cerca del arroyo, perdida en sus pensamientos, se estaba alejando de la
aldea, y metiéndose en territorios enemigos.
Akiko se sentó en una piedra y miro su
reflejo:
-¿QUIEN SOY? ¿ACASO PARA SER LA JEFA DEL
CLAN TENGO QUE RENUNCIAR A MI ESENCIA? ¿DE QUE ESTOY HUYENDO? ¿CUAL ES MI TEMOR? ¿PORQUE SIENTO ESTE TEMOR EN MI
ALMA? Hablando con la abuela kaede, pude aclarar mi mente… pero si yo vuelvo
haya , ellos entenderán mis motivos o me encerraran, y no me dejaran ser yo
misma… ¿Qué es lo correcto o que es lo en verdad quiero?.
Ella estaba muy centrada en ella misma, que
no percibió que detrás de un árbol, un peligro la asechaba.
Una voz gruesa y poderosa surgió detrás de
ella con una espada.
-¿Qué es lo que encuentro por acá? Una
Belleza, sola por estos alrededores… ¿no te dijeron tus padres que una chica no
puede andar sola?
La joven al ver al enemigo empieza a correr
desesperadamente.
-No
le doy explicaciones a nadie, y te juro que mis soldados te van acabar.
El hombre peli naranja, de fuerte físico, y de unos 30 y
pico, se empieza a reír.
-¿Soldados? Jajajaja, si solo eres una niñita que ni para
comprarte zapatos te alcanza… o ahora eres una ¿Princesa?-Se burla-.
La joven se empieza agitar, se había olvidado que ser del
clan fujiwara podría ser atacado por otro clanes, por eso es que vivió toda la
vida en el castillo, y su padre la protegía.
Pero ella ya no era una Princesa, solo era akiko.
Llego hasta muy cerca
de la aldea y había unas rocas, le empezó a tirar para dispersar al enemigo,
pero aun así el peli-naranja no se iba a rendir.
-Te voy a llevar con mi jefe, y voy a tener una recompensa
por vos. Ven aquí, no te hagas la dura.
Los soldados que la custodiaban habían visto a la joven en
problemas, y ellos no sabía que en realidad era la alteza, si no que al ver una
chica en peligro, empezaron a acercarse al enemigo y a golpearlo.
-¡Jovencita! entra a la aldea, nosotros nos encargamos de
esta basura.
Akiko solo asiente la cabeza. Y vuelve y se encierra en su
casa.
Los soldados al saber que era del clan Miyamoto solo lo
desmayaron y lo acercaron hasta el bosque y volvieron al castillo, para
informarle al Jefe lo que había sucedido.
Por otro lado Akiko, estaba sentada en la mesa, pensando en
todo lo sucedido, y que aunque ella escapara, y se comportara como una
chiquilla, la situación no se iba arreglar, hasta que ella misma, lo
enfrentara, y ante el peligro, pudo defenderse, igual agradeció que esos
soldados la hayan ayudado.
Ese mismo día, se dijo así misma, Princesa o no, sigo siendo
Akiko, y si quiero que algo cambie, la solución la tengo en mis manos, y nadie más
podrá hacerlo por mí, hoy con todo mi valor, miedo, incertidumbre, voy a tomar
el valor, el coraje y hablar con mi padre.
Se prepara su mochila, busca a su corcel blanco Helio y
vuelve hacia las tierras de Kioto, a enfrentar su destino.
El señor Fujiwara estaba alegre, y presentía algo bueno,
miraba el cielo y las nubes-¿Dónde estarás Hija?-.
La joven se acercaba el castillo, y unos guardias la
rodeaban:
-¿Quién es usted, y que hace en las tierras del clan
Fujiwara?
La joven sonríe, y les dice:
-¿Cómo? ¿Quién soy? SOY AKIKO, AKIKO FUJIWARA.
Los soldados se sorprendieron, y le dieron el lugar para que
pasara.
-Alteza Akiko, la hemos extrañado mucho en este tiempo, nos
alegramos de verla. Respondió el líder de la guardia real.
La joven peli castaña de ojos azules se baja de Helio, y
camina tímidamente hasta la puerta –un soldado le sostiene al blanco caballo- y
ella entra.
No había nadie en la entrada, solo silencio.
La chica habla.
-HOLAA ¿HAY ALGUIEN POR ACA?.
Una voz ronca y fría responde.
-SI. TE HE ESPERADO TODO ESTE TIEMPO… MI QUERIDA AKIKO.
Takeda Fujiwara sale desde el costado del castillo a recibir
a su preciada hija.
-Papaaa- ella empieza a correr y abrazar a su padre- PERDON…
Después del abrazo mira a su hija, le dice:
-Akiko sos mi hija, estas siempre perdonada, estaba
preocupado por vos ¿Me puedes decir si
hice algo que te forzó a tomar esa decisión?.
Ella le responde:
-No padre, no tuviste la culpa de mis acciones… Es que yo me
sentía insegura para semejante responsabilidad, y sentía que no iba ser una
buena Jefa del clan, yo no conozco nada de la vida, y me sentí incapaz de tomar
el lugar, pero en este tiempo, la vida me hizo vivir muchas experiencias, que
me han hecho crecer y madurar… y Hoy voy a ser AKIKO FUJIWARA. Si tengo miedo,
y aun inseguridades, pero sé que el tiempo, y el apoyo de todo mi clan, y mi
poder interno voy a poder con las adversidades que se presenten, hoy vengo a
tomar mi lugar… aunque también padre, me hizo pensar otras decisiones, y me
gustaría saber si estás de acuerdo.
Takeda se queda sorprendido ante las palabras y las firmezas
de su hija.
-Akiko he notado una
maduración y fortaleza en vos, y siento que cada vez estoy orgulloso de vos,
eres increíble y sé que no me equivocado, siempre confié en vos, y sabía que mi
retoño, florecería y afrentaría con valentía, su destino. Hija no he llegado a
ser el Jefe del clan, sin antes también haber errado el camino, me equivocado y
sentido miedo, pero también sabía que mi destino va unido a la de mucha gente,
y que si, también voy a equivocarme en el futuro, pero de los errores se
aprenden, y nos hacemos fuerte. Y me alegro que las decisiones que hayas tomado
te hayan traído hasta acá. Y hoy ver que pimpollo floreció como un cerezo. – Se
acerca a su hija y la vuelve abrazar- Mi Akiko… bueno ahora dime, que es lo que
quieres discutir.
La ojiceleste empieza a ponerse nerviosa.
-Emm… bueno, lo que yo quiero es elegir mi destino, me voy
hacer cargo del clan, pero también quiero tener tiempo libre para recorrer
nuestra tierra, y conocer a la gente de nuestro territorio, que es lo que hace
falta, sobre intercambiar mercancías, y productos que no tenemos, con otros que
sí, y viceversa. Como proporcionar calidad de vida para los habitantes de
Kioto, y como ayudar al progreso de la educación de los niños. A demás quiero que haya espectáculo a donde
la aldea y nosotros podamos hablar con ellos y divertirnos, porque juntos
podemos lograr muchas cosas.
Su padre sonríe.
-Bueno Hija, me parece que el viaje te acento muy bien. Y que
todos estos puntos, están interesantes y produce una mejora, que hasta ahora
nosotros no hemos sabido llevar. Vamos hablarlos con los miembros más
importantes, y te encargaras de exponer tus puntos de vista, pero eso sí,
acordarte que para que funcione, necesitamos escucharnos, y apreciar cada
comentario. Me alegro de verte así, y realmente he tomado una muy buena
decisión, serás una Buena Gobernante
para Kioto.
Akiro empezó a llorar fuertemente.
-Gracias Papa, Takeda Fujiwara nunca pensé que me ibas
aceptar y recibir así, es más pensé que estaría encerrada de por vida, y que
nunca me ibas a perdonar.
- No, a lo sumo te tendría que castigar un mes, por
preocupar así a tu padre, pero sé que
todo tiene un porque. Tal vez este viaje te ha hecho madurar mucho, y alcanzar
un gran potencial. Me siento muy feliz.
En los días siguientes la princesa Akiko, se volvió la Jefa
del clan Fujiwara. Entre acuerdos y desacuerdos entre los Lideres del clan, surgieron
nuevas propuestas, en sus tiempos libres viajaba Akiko viajaba en los alredores
de Kioto, para ver las aldeas, y observar que necesidades les faltaba y como
ellos abastecerían y a cambio en las zonas que es lo que producían, y también 1
ves al mes había un festival, a donde los aldeanos y los del clan participaban,
compartían, se reían, festejaban y bailaban. El compromiso entre la aldea y los
líderes del clan se fortalecía, y el territorio estaba seguro.
Aunque aún había dificultades, akiko fue aprendiendo de sus
errores, y en el camino se va forjando, más sabia, aunque su rebeldía aun
persistía.
Su padre descansaba más, y se iba andar en caballo y ver las
siembras, hay descansaba, pero estaba feliz que Akiko allá crecido, y verla que
va ser una buena gobernante para el clan y su gente.



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